Se trata de una casa de campo de finales del siglo XIX. Tiene 2 plantas y 6 habitaciones, y el recinto y la planta baja son independientes, privados y están reservados para huéspedes. En la primera planta viven los propietarios. La casa y su decoración están rodeadas de mar. El encantador pórtico tiene vistas al mar, así como el espléndido jardín, que está iluminado y salpicado de palmeras de diferentes tamaños. Para entrar a la propiedad tiene que cruzar unos portales metálicos y justo a la derecha encontrará un aparcamiento cubierto. Un portal que hay al pasar el cenador proporciona acceso privado a la zona rocosa al lado del mar.